El silencio del mundo antes de Bach
Tiene que haber existido un mundo antes
del trío de sonatas en Do mayor, un mundo antes de la partita en A menor,
pero ¿cómo era ese mundo?
Una Europa de grandes y vacías estancias irresonantes
llena
de instrumentos desconocidos,
donde Musikalisches
Opfer y Wohltemperiertes
Klavier
nunca pasaron por un teclado.
Lejanas y silenciosas iglesias
donde jamás la voz de la soprano en la Pasión de Resurrección
se enredó en amor desmedido alrededor de una flauta
de suaves movimientos,
grandes y leves paisajes
donde solo los viejos leñadores se oyen con sus hachas
mezclados con el sano ladrido de los perros
en invierno
y – como un campana – patines que muerden
el hielo reluciente;
golondrinas que se cruzan en el aire de verano,
la caracola donde los niños escuchan
y en ningún lugar Bach ningún lugar Bach
el silencio de los patines antes de Bach.
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